En la Huerta

Todo lo que necesitas saber para cultivar Tomates con éxito

Si te encanta la huerta tanto como a mí, sabés que el tomate es uno de los cultivos favoritos de cualquier huertero. Su sabor casero no tiene comparación con el de los tomates que se compran en el súper o en la verdulería. Pero lograr un tomate jugoso y lleno de sabor no es cuestión de suerte: lleva un montón de trabajo. En este post, te voy a compartir todo lo que aprendí sobre cómo cultivar tomates, desde la siembra hasta la cosecha, pasando por las labores culturales que requiere para que la planta te regale frutos grandes y saludables.

1. Eligiendo las semillas o plantines

Podés empezar el cultivo de tomate desde semillas o comprando plantines ya crecidos. Si optás por semillas, lo primero es elegir variedades que se adapten a tu clima y a lo que querés. En Argentina, las variedades más comunes son tomates redondos(platense), cherry y perita (roma). Pero si querés probar algo distinto, hay tipos más raros como el Tomate Negro Ruso o el Tomate Banana Legs.

Cuando elijas plantines, fijate que sean sanos: sin manchas en las hojas, con tallos firmes y un color verde intenso. Cuanto más sanos empiecen, mejor se desarrollarán.

2. Cuándo sembrar los tomates

Si vivís en Argentina, el mejor momento para sembrar tomate es durante la primavera, entre septiembre y octubre. La planta de tomate es de clima cálido, por lo que necesita temperaturas de al menos 18°C para germinar y desarrollarse bien. Pero ojo, evitá sembrarlas antes de tiempo si las temperaturas aún son muy bajas, porque podrías perder tus plantines.

Tip: Si tenés un invernadero, podés adelantar la siembra en agosto, para tener tomates más temprano en la temporada.

3. Cómo preparar el suelo

El tomate es exigente en nutrientes, así que asegurate de que el suelo sea rico y esté bien drenado. Lo ideal es preparar la tierra con compost bien descompuesto o agregarle un buen fertilizante orgánico antes de plantar. El suelo tiene que tener una textura suelta para que las raíces crezcan sin problemas.

El pH del suelo es otro factor importante. El tomate prefiere suelos levemente ácidos, con un pH entre 6 y 6.8. Si tenés dudas sobre el pH de tu suelo, podés comprar un kit para medirlo.

Tip: Incorporá cenizas de madera si tu suelo es muy ácido, ya que ayudan a neutralizarlo y aportan potasio, un nutriente clave para la producción de frutos. En este post te cuento como usar las cenizas para corregir la acidez del suelo, entre otros usos!

4. La siembra: cómo hacerlo paso a paso

Si empezás desde semilla, lo ideal es hacerlo en almácigos en interiores. Colocá una o dos semillas en cada alveolo o macetita con sustrato húmedo y mantenelo en un lugar cálido y con buena luz. Las semillas suelen germinar en 7-14 días.

Cuando los plantines tengan unos 10-15 cm y hayan pasado las heladas, podés trasplantarlos a su lugar definitivo en la huerta. Asegurate de dejar un espacio de al menos 30 cm entre plantas, para que tengan suficiente aire y no compitan por nutrientes.

Tip: Cuando trasplantes, enterralos un poco más profundo de lo que estaban en el almácigo. Así desarrollarán más raíces a lo largo del tallo, lo que les dará mayor estabilidad y acceso a nutrientes.

5. Riego: El equilibrio perfecto

Los tomates necesitan un riego regular, pero sin encharcarse. La clave está en mantener el suelo húmedo, sin que esté completamente mojado todo el tiempo. Si hace mucho calor o tu suelo drena rápido, tal vez tengas que regar más seguido.

Tip: Regá siempre en la base de la planta, evitando mojar las hojas, ya que el exceso de humedad puede provocar hongos. Si podés, instalá riego por goteo.

6. Tutorado y poda

El tomate, especialmente las variedades indeterminadas (esas que crecen y crecen), necesitan tutores para sostener el peso de la planta y los frutos. Podés usar cañas, estacas o incluso estructuras más elaboradas como enrejados. Te dejo este video de Youtube donde te muestro los que hice este año:

Además, es importante que podes los chupones (los brotes que salen en las axilas entre el tallo principal y las ramas) para evitar que la planta pierda energía y enfoque todo su esfuerzo en los frutos principales.

Tip: Podá solo las ramas que estén cerca del suelo y los chupones. No exageres con la poda, porque el follaje protege los frutos del sol y ayuda a la fotosíntesis.

7. Fertilización: Alimentar a tus plantas

A los tomates les gusta tener comida, pero no en exceso. Durante las primeras semanas después de trasplantar, conviene usar un fertilizante rico en nitrógeno para estimular el crecimiento de las hojas. Una vez que las primeras flores aparezcan, cambiá a uno que tenga más fósforo y potasio, para promover la floración y fructificación.

Tip: Un fertilizante casero que funciona genial es el té de compost o el purín de ortiga, ambos aportan nutrientes de manera lenta y natural.

8. Enfermedades y plagas comunes

Los tomates pueden ser atacados por varias enfermedades y plagas, así que es clave estar atentos para prevenir y actuar a tiempo. Algunas de las plagas más comunes son los pulgones, orugas y la mosca blanca. Para controlarlas, podés usar soluciones naturales como el jabón potásico o la tierra de diatomeas.

En cuanto a enfermedades, los hongos como el mildiu o la botrytis pueden aparecer si las hojas están demasiado húmedas. La prevención es fundamental: no mojés las hojas y asegurate de que las plantas tengan buena ventilación.

Tip: Rotá los cultivos siempre que puedas. No plantes tomates en el mismo lugar año tras año, porque las enfermedades pueden permanecer en el suelo.

9. Polinización y cuaje del fruto

Los tomates son autopolinizantes, lo que significa que no necesitan insectos para polinizarse. Sin embargo, si las flores no cuajan (es decir, si no se transforman en fruto), puede deberse a falta de viento o temperaturas extremas.

Tip: Si notás que tus flores no están cuajando, podés sacudir suavemente las plantas para ayudar a la polinización o, si está muy frío o caluroso, intentá protegerlas cubriéndolas durante las horas más extremas.

10. Cosecha: El gran momento

El tomate está listo para cosechar cuando alcanza su color característico, dependiendo de la variedad, y está firme pero cede ligeramente al presionarlo. Podés cosecharlo en distintas etapas de maduración: los tomates verdes se pueden dejar madurar en interiores, mientras que los más maduros se consumen directamente.

Tip: Cosechá los tomates en la mañana, cuando están frescos y bien hidratados. Si querés tomates de larga duración, no los refrigeres; guardalos a temperatura ambiente.

11. Consejos extra para mejorar tu cosecha

Asociaciones beneficiosas: Los tomates crecen muy bien cuando se plantan junto a albahaca, zanahorias o lechuga. Estas asociaciones ayudan a mejorar el suelo y a repeler plagas.

Cubiertas vegetales: Colocar mulch o acolchado en la base de la planta mantiene la humedad del suelo y evita la proliferación de malezas.

Cultivar tomates no es solo una experiencia gratificante por los frutos que obtenés, sino también porque es un cultivo que te enseña mucho sobre el manejo de la huerta. Con un poco de paciencia y estos consejos, estoy segura de que vas a tener una excelente cosecha de tomates. ¡Así que animate y empecemos a cultivar!

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